La inflación vuelve a ser el centro de atención – Análisis

Por: Yves Bonzon, CIO de Julius Baer

El debate está en todos lados (confirmado por las Tendencias de Google como tema más buscado). Todo el mundo está tratando de averiguar si esto es un fenómeno temporal destinado a desaparecer en los próximos meses cuando la recuperación alcance su punto máximo, o es un verdadero cambio de tendencia, que, si no es reconocido con antelación, específicamente por los bancos centrales, nos podría llevar a un escenario muy complicado a todos.

Desde que comenzó la discusión, en Julius Baer hemos optado por la primera explicación, y a medida que pasa el tiempo tenemos más confianza en ello. El pico de inflación actual sigue siendo impulsado en gran medida por factores temporales.

Primero, está el efecto base: una caída en el índice de precios al consumidor en el apogeo de la recesión del año pasado y la posterior recuperación a gran velocidad del crecimiento, han provocado lecturas de la inflación extraordinarias de un año a otro, lo que nos dice poco sobre las presiones inflacionarias reales.

A partir de junio, el efecto base debería reducir la inflación en lugar de aumentarla. Mucho se puede atribuir a otros factores de recuperación que se resolverán en los próximos meses, como cuellos de botella en el suministro y una renovada demanda que está turboalimentada por una acumulación de ahorros involuntarios durante la pandemia, no hay razón para creer que estos elementos persistirán.

Fundamentalmente, vemos pocos cambios positivos en las variables de crédito al consumo, lo que indica que no tenemos tal frenesí de gasto en nuestras manos.

Es importante enfatizar que no creemos que la inflación está muerta, la realidad es que nos estamos moviendo lentamente hacia una era de capitalismo y redistribución patrocinados por el estado, que eventualmente reactivará el crecimiento y la inflación de manera sostenible. Sin embargo, esto toma tiempo y requiere un cambio importante en la forma en que se lleva a cabo la política, lo que probablemente sucederá a mediados de la década.

Imaginemos que la inflación realmente ha regresado para siempre y que, como algunos analistas del mercado afirman la Reserva Federal de EE. UU. está “detrás de la curva”. En ese caso, el remedio sugerido parece ser reducir la compra de activos, sin afán de faltar el respeto a dichas personas, desde Julius Baer creemos que esto no tiene ningún sentido. En realidad, lo que la Reserva Federal hace o no hace con su programa de compra de activos importa poco para la inflación en la actualidad.

Volviendo a la cuestión de la reducción gradual, cuando la liquidez se elimina del sistema, se desencadena un efecto de riqueza negativo. Cuando se hace de una manera ordenada, que es la suposición con la reducción en la compra de activos, afectaría principalmente a los hogares de mayores ingresos. Lo cual podría frenar la actividad económica e inflación, aunque no sustancialmente. Paradójicamente, podría aumentar potencialmente las presiones inflacionarias al aumentar el costo del capital corporativo y, por lo tanto, restringir la oferta de bienes y materias primas.

Las opiniones de los columnistas y colaboradores expresan su punto de vista, y no necesariamente los de Pilotzi Noticias o de su servicio informativo Online.

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