Al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador le preocupa que otra turbia liberación de un narcotraficante pueda convertir a México en blanco de burlas internacionales.
Hace casi ocho años, el narcotraficante Rafael Caro Quintero salió de prisión a altas horas de la noche gracias a una orden de liberación emitida incorrectamente. Desde entonces, Caro Quintero regresó al tráfico de drogas y ha ocasionado sangrientas batallas territoriales en el estado fronterizo de Sonora, en el norte de México.
El sábado, Héctor “El Güero” Palma, otro capo del cártel de Sinaloa, estuvo a punto de salir en circunstancias similares, después de que el secretario de un juez envió una carta —en sábado y en feriado nacional— diciendo que el gobierno tenía que liberarlo inmediatamente tras quedar absuelto de los cargos de crimen organizado.