Sí, todas y todos somos México: Farah – Análisis

Estamos a seis días de la jornada electoral del 6 de junio, a la que antecede una intensa efervescencia política

Estamos a seis días de la jornada electoral del 6 de junio, a la que antecede una intensa efervescencia política.

Más allá de las tensiones propias de un proceso tan competido, tan concurrido y trascendente, debemos ser lo suficientemente demócratas, inteligentes y tolerantes para salir fortalecidos de este desafío a partir de una premisa incuestionable: todos somos México.

Podemos pensar diferente y tener diversas e incluso enfrentadas preferencias políticas y electorales, pero todos somos México. Por lo tanto, no podemos suponer que el que vota distinto está en contra del país o que el que difiere de nuestra convicción quiere hacernos daño.

Tampoco debemos dividirnos y menos confrontarnos como si fuéramos contingentes enemigos que avanzan de frente hacia un encuentro explosivo.

De manera proactiva y decidida pongamos un alto a la crispación y a la polarización. Tenerlo presente nos hará ser conscientes de que, por más que pensemos de manera divergente, estamos del mismo lado. Nuestras visiones distintas deciden votos diferentes, pero no nos hacen contrincantes.

Porque todos somos México, hay que ejercer nuestro derecho, y defender el derecho de todos, a votar con libertad y en un ambiente seguro.

Desde nuestra condición de ciudadanas y ciudadanos votemos con la conciencia de que cada una y cada uno de nosotros es un voto y que los resultados locales, estatales y federales serán producto de esta diversidad y reflejarán en cada caso la conformación de mayorías y minorías sin excluir a nadie.

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