Las tensiones de poder comercial, los obstáculos regulatorios y los intentos de Occidente de contrarrestar la competencia china están retrasando el regreso del 737 MAX en China, frustrando a Boeing Co mientras un rival potencial demuestra su creciente influencia.

Seis meses después de que Occidente levantara una prohibición de vuelos de casi dos años en el MAX, no hay un final claro a la vista para la crisis que rodea al avión más vendido de Boeing en China, la primera nación en aterrizarlo en 2019 después de dos accidentes mortales en cinco meses.

La compañía había esperado que China aprobara el MAX para volver al cielo a finales del año pasado; en enero de 2021, Boeing dijo que esperaba que el MAX fuera aprobado por los reguladores de todo el mundo a finales de junio. Ahora, con la ayuda de la administración Biden, Boeing está intensificando los esfuerzos para convencer a China de que el avión está seguro y restablecer su asociación más estratégica a medida que las aerolíneas comienzan a recuperarse de la pandemia COVID-19.