La vicepresidenta Kamala Harris aprovechó el viernes su primer viaje a la frontera de México y Estados Unidos desde que asumió el cargo para pedir el fin de la “retórica” política y la “lucha interna” por la inmigración, un tema que los republicanos han estado ansiosos de usar en su contra.
La inmigración “no puede reducirse a un problema político”, dijo Harris a la prensa. “Estamos hablando de niños, estamos hablando de familias, estamos hablando de sufrimiento. Y nuestra estrategia tiene que ser razonada y eficaz”.
Harris hizo el viaje tras meses de críticas de los republicanos y de algunos miembros de su propio partido por su ausencia y la del presidente Joe Biden en la frontera en un momento en que los agentes de inmigración han registrado números récord de encuentros con migrantes que intentan cruzar a Estados Unidos.