Los líderes del Grupo de los Siete se comprometieron el domingo a trabajar juntos para hacer frente a la fuga de carbono, semanas antes de que la Unión Europea proponga un plan pionero en el mundo para imponer costos de emisión de CO2 a las importaciones de ciertos bienes contaminantes.
A medida que grandes emisores como la UE luchan con cómo cumplir los objetivos para reducir las emisiones de CO2 de manera drástica y rápida, están aumentando las preocupaciones sobre la llamada fuga de carbono, el riesgo de que las políticas climáticas estrictas puedan hacer que las empresas se trasladen a regiones donde puedan seguir contaminando a bajo costo.
“Nosotros … reconocemos el riesgo de fuga de carbono, y trabajaremos en colaboración para abordar este riesgo y alinear nuestras prácticas comerciales con nuestros compromisos en virtud del acuerdo de París”, dijeron los líderes del G7 el domingo en un comunicado conjunto.