Reserva Federal de EUA, sin prisa para acelerar la retirada de los estímulos monetarios: Gordillo – Análisis

Esta semana la principal referencia para los mercados financieros globales será la reunión de política monetaria de la Reserva Federal (FED), cuyas conclusiones se presentarán el miércoles de 16 de junio.

El evento es importante por varias razones, pero sobre todo para conocer cuál es la postura del banco central sobre el repunte de la inflación en EUA, así como por sus nuevas previsiones económicas y financieras, en particular los niveles de tasas de interés de cierre para los próximos años.

Cierto grupo de inversionistas quieren conocer sobre todo si la FED va a comenzar oficialmente a plantearse un cambio en el sesgo de su política monetaria, aunque la mayoría anticipa que la autoridad esperará al Simposio Económico de Jackson Hole, que se celebra en agosto, como fecha clave para que se produzca un cambio de mensaje.

En cualquier caso, tanto el comunicado del organismo monetario, como las nuevas previsiones económicas y la rueda de prensa de su presidente, Jerome Powell, serán relevantes para el rumbo de los mercados financieros para los próximos días/semanas.

La FED considera que el reciente aumento de las presiones inflacionistas es transitorio y debería reducirse a medida que avance el año y desaparezcan los efectos de base. El argumento anterior se fortalece cuando el mercado laboral estadounidense muestra todavía mucho camino para lograr un estimado pleno empleo. Por ahora, parece que el banco central estadounidense estará en piloto automático durante el verano, y los mercados parecen darle el beneficio de la duda.

La cifra de inflación de mayo superó lo esperado y en términos anuales se ubicó por encima del 5.0%. Además, es probable que los aumentos de precios derivados de la reapertura de la economía estadounidense y los actuales cuellos de botella de la cadena de suministro mantengan la tasa de inflación elevada por varios meses, ya que los desequilibrios entre oferta y demanda solo se resuelven gradualmente (la lectura de mayo será el pico en la tasa anual de inflación, a medida que los fuertes efectos de base disminuyan en los próximos meses). Sin embargo, esto no es una muestra clara de preocupación inflacionaria para los próximos años y los mercados financieros poco a poco se han dado cuenta de ello.

La inflación se había convertido en los últimos meses en uno de los temas más analizados por los mercados financieros, por la presión que pudiera provocar en la política monetaria ante los históricos estímulos dados por la FED desde que inició la pandemia. Sin embargo, por lo dicho anteriormente, en lo siguientes meses tomará una injerencia secundaria, dejando a la lectura oficial de empleo como el indicador principal para anticipar posibles cambios en la postura de política monetaria de la FED (el próximo año la inflación podría volver a tomar protagonismo para los mercados).

Se podría decir que por el momento la FED ha conseguido calmar a los mercados con su estimación de un repunte transitorio de la inflación. Aunque algunos funcionarios de peso al interior del banco central prefieren esperar a conocer mayor información económica e incluso han mencionado la necesidad de comenzar a discutir una posible reducción de su programa de compra mensual de bonos.

Hacia adelante, los mensajes de la FED serán revisado en escrutinio por los mercados, ya que tendrán que gestionar las expectativas sobre el calendario y el ritmo de la retirada de la política acomodaticia en el futuro. Cualquier divergencia en este sentido haría que el mercado reaccione de forma exagerada a la baja.

Es probable que a diferencia de lo que sucedió en el encuentro de abril cuando tajantemente Powell declaró que no era el momento de empezar a discutir una probable reducción a su programa de compra mensual de bonos, en la reunión de esta semana se reconozca en el comunicado o en la conferencia de prensa que la FED finalmente ha comenzado la discusión interna de cómo llevar a cabo una posible reducción a dicho plan.

Esto no implicaría un viraje en su comunicación sobre la política monetaria ultra-acomodaticia que actualmente lleva a cabo, ni que ya cuenten con una decisión final o que estén próximo a llevarla a cabo, si no que sería muy difícil para Powell esquivar el tema dado que las minutas de la reunión de abril, así como declaraciones posteriores de por lo menos tres funcionarios del comité, hacen constatar que al interior del banco central el tema ya está en debate.

Las decepciones que se han generado en el mercado laboral estadounidense en las cifras de abril y mayo, en los que el empleo aumentó en un promedio poco menos de 400 mil por mes, cuando la mayoría había esperado ganancias cercanas al millón, son razones suficientes para que la FED siga siendo prudente sobre los siguientes pasos, al justificar que se requiere “sustancialmente más progreso” hacia el objetivo de pleno empleo.

La reacción de los mercados financieros, en particular del peso mexicano, dependerá de este hecho, de cualquier mención sobre el programa mensual de compra de bonos y la interpretación que le hagan los operadores, así como de las nuevas previsiones económicas-financieras, sobre todo en cómo pronostican se ubicará la tasa de fondeo para los cierres de los próximos años.

Cualquier texto, declaración o estimación económica que haga suponer a los operadores que la FED podría endurecer su política monetaria antes de lo estimado, generaría correcciones en la mayoría de los activos financieros, en específico el peso mexicano. Sin embargo, en CIBanco consideramos que el banco central estadounidense seguirá convenciendo a los mercados que la actual situación económica y financiera (empleo e inflación) son consistentes con el marco de estímulos monetarios que mantienen inyectando a la economía, lo que implica que dejaría sin señales de cambios a su política, por lo que hay altas probabilidades de que el peso se mantenga fuerte (cotice cerca de los $19.95 por lo que resta). Incluso, la mayoría de los analistas e inversionistas consideran que un posible ajuste posterior a la política monetaria (en particular a su programa de compra de bonos), se terminaría anunciando en el simposio económico de Jackson Hole a finales de agosto, o en la reunión de septiembre próximo y que la eventual reducción gradual a dicho programa iniciaría en 2022.

Las opiniones de los columnistas y colaboradores expresan su punto de vista, y no necesariamente los de Pilotzi Noticias o de su servicio informativo Online.

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