Resultado de elecciones en México abonó al optimismo que el peso ya registraba desde inicio del mes por temas externos: Gordillo – Análisis

Este fin de semana se llevó a cabo las elecciones intermedias en México. Los comicios, en los que se ha renovado la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas y 20 mil cargos públicos, fueron planteados como un plebiscito a la gestión actual del presidente López Obrador.

Al final, aunque los comicios han sido mucho más cerrados de lo que esperaba el propio gobierno federal a principios de año, y mucho más lejos todavía de lo sucedido en 2018, en sentido estricto no es un mandato para cambiar de modelo económico y político.

Morena seguirá siendo la principal fuerza política del país, pero perdió la fuerza que logró en las elecciones de 2018. El partido del gobierno perdió la mayoría simple con la que contaba, aunque en coalición con el PT y PVEM la alcanzaría de forma holgada. Sin embargo, se quedarán cortos para una mayoría calificada. El partido en el gobierno federal tiene actualmente 332 diputaciones federales con sus aliados del PT, PVEM y PES. En la próxima legislatura tendrá un máximo de 291, quedando lejos de cumplirse el deseo del presidente de 334 escaños, dos tercios del total, un umbral necesario para realizar reformas constitucionales.

En la actual Legislatura, Morena cuenta con 253 diputados; el PAN, 79; el PRI, 49; el PT, 47; Movimiento Ciudadano, 25; el PES, 21; PRD, 11; PVEM, 11; y cuatro legisladores no tienen partido.

Ahora, Morena ocuparía entre 190 y 203 curules; el PAN, entre 106 y 117; el PRI, entre 63 y 75; el PVEM, entre 40 y 48; el PT, entre 35 y41; MC, entre 20 y 27; el PRD, entre 12 y 21; el PES si acaso ocuparía como máximo seis curules.

El avance de la oposición se puede ver como un voto detención y contrapeso hacia Morena y el gobierno de la 4T. La alianza opositora conformada por el PRI, el PAN y el PRD se recupera y aumenta a 197 curules, desde los 136 actuales.

Por otro lado, la formación liderada por Morena domina en 11 de las 15 gubernaturas en juego. Si se confirmara ese escenario, la formación, que ya controla cinco Gobiernos territoriales y el de Ciudad de México, sumaría 16 Estados (en el caso de Baja California, repetiría), la mitad de las entidades federativas del país. El matiz aquí es que hay varios estados en los que Morena tenía, según sus cálculos semanas previas a las votaciones, asegurada la victoria por amplio margen. Hoy vemos que, en muchos de esos estados, Sonora, Tlaxcala, Campeche, Zacatecas, Michoacán, Colima y en forma notable la Ciudad de México, tuvo triunfos, pero en todos los casos por mucho menor margen a lo anticipado.

La participación, según ha anticipado el INE, ha rondado el 52% (51.7% y 52.5%), un dato más que significativo para unas elecciones intermedias. En 2015, por ejemplo, se ubicó el 48%, aunque ligeramente por debajo del histórico 55% de las elecciones de 1997.

Estos resultados son preliminares y los definitivos serán los que surjan de los cómputos distritales que comentarán a partir del próximo miércoles 9 de junio.

La reacción inicial del peso mexicano a los resultados electorales es positiva. La magnitud del impacto es difícil de medirlo porque la cotización favorable también trae implícito el dato de empleo en EUA del viernes pasado, el cual al estar por debajo de lo esperado reduce las apuestas de que la FED adelante un posible endurecimiento de la política monetaria, y amplíe las apuestas por activos financieros con mayor riesgo un mes más.

Así, la moneda se aprecia hacia $19.75 spot. La cotización del peso mexicano y los operadores cambiarios habían incorporado el hecho de que la coalición de Morena no logrará la mayoría calificada. Al cumplirse este escenario, junto con la percepción de que la coalición liderada por el partido en el poder perderá más escaños en la Cámara de Diputados a lo esperado, lo que disipa casi por completo los riesgos de cambios legislativos considerados en el argot como iniciativas en contra del mercado, justifican el hecho de que el peso se aprecie inicialmente cerca de 20 centavos por este tema.

Todavía no está todo definido. Aunque el presidente López Obrador ha reconocido los resultados de la elección, haciendo un balance imparcial, no se puede descartar por completo que el riesgo político pueda aumentar si Morena impugne algunas derrotas ante el tribunal electoral (TRIFE), donde podrían pasar meses antes de que haya sentencias definitivas y, a partir de ellas, resultados oficiales.

Así, hay indicios para pensar que junio podría ser otro mes bueno para el tipo de cambio. Al prácticamente descartarse los peores escenarios en las elecciones intermedias y con un reporte de empleo en EUA que todavía no denota sobrecalentamiento y que deja entrever la dificultad existente para recuperar los niveles de contratación existentes antes de la pandemia en 2020, se mantienen condiciones de optimismo de corto plazo. Esto último dependerá en gran medida de la cifra de inflación al consumidor de mayo que se dará a conocer este próximo jueves 10 de junio.

Actualmente la expectativa es que la tasa anual de inflación general en EUA suba a 4.7%, desde el 4.2% de abril. Una lectura por arriba de lo esperado, regresaría los fantasmas de presiones inflacionarias, presionando a los activos de mayor riesgo, entre ellos el peso mexicano. En ese escenario, no se descartaría volver a ver niveles cercanos a $20.20 spot. Por el contrario, un dato menor a lo esperado, reduciría las especulaciones sobre los futuros pasos de la FED y podría contribuir a que el peso buscara mínimos del año, hacia el $19.60 spot.

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