En México, aproximadamente 6 mil 253 personas viven con algún trastorno de la coagulación y aún existe una brecha grande entre sus necesidades y acceso a tratamiento oportuno y eficaz. Asimismo, solo el 25 por ciento de las personas viviendo con hemofilia reciben tratamiento adecuado y oportuno a nivel mundial. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, si el cuerpo sufre una herida de forma externa como una cortadura, el organismo humano forma coágulos de sangre para detener la hemorragia. Para que esto sea posible, el cuerpo humano requiere de plaquetas activas y proteínas mejor conocidas como factores de coagulación. Sin embargo, si una persona no cuenta con suficientes plaquetas o factores o éstos no funcionan de la manera correcta, significa que presenta un desorden de coagulación.

El uso de equipo de protección personal, como el cubrebocas, se ha vuelto indispensable desde el comienzo de la pandemia de Covid-19, aunque con un costo ambiental importante. Un estudio de mediados de 2020 estimó que mensualmente se usan cerca de 129 mil millones de cubrebocas y 65 mil millones de guantes en todo el mundo. Aunque el uso de cubrebocas y demás aditamentos es necesario para proteger la salud, por la cantidad de basura generada urge a buscar estrategias de reducción de desechos.