La creciente demanda de vehículos eléctricos ha estimulado a los mineros a pequeña escala del litio, el cobalto y las tierras raras en las que confían los fabricantes de automóviles para desarrollar minas y crear capacidad de refinación en Europa para reducir su dependencia de China.

Los esfuerzos de los Estados Unidos y Europa para construir una cadena de suministro segura e independiente para los minerales clave utilizados en vehículos eléctricos (VE), turbinas eólicas y motores de aeronaves se han acelerado a medida que la pandemia llevó a paradas y escasez.

Con las empresas bajo presión para reducir su huella de carbono, el procesamiento de metales en bienes que circulan dentro del continente y no tienen que viajar lejos es un objetivo ambiental.