Resumen del primer semestre de los mercados financieros: Julius Baer – Análisis

Por: Yves Bonzon, CIO de Julius Baer.

El tiempo vuela y ya estamos a mitad de 2021.Queremos aprovechar esta oportunidad para recordar lo que ha cambiado desde principios de año, los rendimientos obtenidos por las distintas clases de activos, nuestro posicionamiento de cara al inicio del segundo semestre y los puntos clave a los que hay que prestar atención.

Comparando con principios de año, observamos que la preocupación de los inversionistas se trasladó de los riesgos relacionados con la reapertura de la economía —en un contexto en el que desgraciadamente el Covid-19 no está totalmente controlado— a los riesgos de un aumento estructural de la inflación en EE. UU., donde la administración Biden ha diseñado una serie de medidas de gasto público sin precedentes en tiempos de paz. 

La recuperación económica, por tanto, avanza más rápido de lo previsto y la normalización de los beneficios empresariales supera las expectativas más optimistas, con una tasa anualizada por encima de los USD 200 por unidad del índice S&P 500 en el primer trimestre. En los tres primeros meses del año, los activos defensivos quedaron relegados y el oro registró rentabilidades negativas de hasta -10%. Los activos de riesgo mantuvieron la tendencia de 2020, pero con una rotación que puede resumirse como un movimiento de salida desde los balances de activos con grado de inversión hacia balances más débiles, un cambio que afecta tanto al crédito como a la renta variable.

En el segundo trimestre, la rotación se invirtió en cierta medida, con un regreso a las acciones de crecimiento consolidadas como Facebook, Amazon, Apple, Netflix, Microsoft y Google de Alphabet, que a mediados de año seguían la línea del mercado estadounidense, con una subida de 15%. En la parte inferior de la tabla, la renta variable china experimentó una prolongada consolidación desde que alcanzó su máximo a mediados de febrero, quedando prácticamente sin cambios, transcurridos los seis primeros meses.

A pesar de las múltiples rotaciones acaecidas durante el primer semestre y de los planteamientos acroeconómicos aparentemente divergentes, la volatilidad de la renta fija, de la renta variable y de las divisas se contuvo. Los activos de las criptomonedas concentraron la volatilidad sobre sí mismos. Esto, conviene señalarlo, gracias al apoyo de los reguladores, especialmente los de China. En este contexto, las carteras diversificadas obtuvieron rendimientos sorprendentemente buenos. 

En particular, tomamos como referencia una cartera nacional con una combinación de 50% de acciones y 50% de bonos en la respectiva divisa de referencia. A 18 de junio, este mix simple subió 6.9% en francos suizos, 6.2% en dólares estadounidenses y 6.9% en euros, formando un grupo homogéneo.

Como ya mencionamos, las divisas no desempeñaron un papel destacado. El desglose de las rentabilidades resulta interesante, ya que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a diez años pasaron del 0.9% al 1.49% y los del bono alemán de -0.56% a -0.18%. En cuanto al crédito, los diferenciales de rendimiento se redujeron aún más en comparación con las cifras de finales de diciembre 2020. Ambos movimientos concuerdan con un aumento moderado de los riesgos de inflación, en el marco de una fuerte recuperación de la economía mundial. Por último, subieron las valoraciones en los mercados de renta variable de EE. UU. y Europa, pero solo lo hicieron hasta un nivel aceptable, habida cuenta de los beneficios récord registrados por las empresas. A título indicativo, en conjunto, la rentabilidad esperada de una cartera equilibrada bien diversificada se contrajo unos 30 puntos básicos en los últimos seis meses.

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