Al ser objeto de críticas por la decisión de Ben & Jerry de dejar de vender helados en territorios ocupados por Israel, la empresa matriz Unilever trató de aliviar las preocupaciones de varios grupos judíos estadounidenses, repudiando el antisemitismo y diciendo que Unilever “no apoya” el movimiento de sanciones por desinversión de boicot (BDS).

“Unilever rechaza completamente y repudia inequívocamente cualquier forma de discriminación o intolerancia. El antisemitismo no tiene lugar en ninguna sociedad”, escribió el martes el CEO de la compañía, Alan Jope, en una carta a varias organizaciones judías, incluida la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés), con sede en Estados Unidos.

“Nunca hemos expresado ningún apoyo al movimiento BDS y no tenemos intención de cambiar esa posición”, dijo Jope.

El movimiento BDS busca aislar a Israel por su trato a los palestinos. Treinta y cinco estados de Estados Unidos han aprobado proyectos de ley y órdenes ejecutivas contra el movimiento para desalentar los boicots a Israel.