Los jóvenes jugadores chinos recurrieron a las redes sociales para expresar su indignación por las nuevas reglas que limitan su tiempo de juego a solo tres horas a la semana, mientras que los inversores se preocupaban por el impacto a largo plazo en la industria.
Las autoridades argumentan que las restricciones son necesarias para detener la creciente adicción al juego y el People’s Daily, el periódico oficial del Partido Comunista gobernante, dijo que el gobierno tenía que ser “despiadado” ya que los juegos en línea perjudican la vida normal de estudio y la salud física y mental de los adolescentes.
Los frenos son parte de los esfuerzos de Beijing para promover la primacía del socialismo y fortalecer los controles sobre la sociedad que ahora considera que se ha vuelto demasiado laxa después de años de crecimiento del laissez-faire para el sector tecnológico y otras industrias.