Implicaciones del tapering de la Reserva Federal en el peso mexicano: Gordillo – Análisis

Los mercados financieros globales se han vuelto completamente dependientes de los estímulos monetarios, situación que dura desde la crisis financiera de 2008 y que se ha intensificado aún más en la presente crisis por la pandemia de Covid-19. Así, cualquier amago de retirada de esos estímulos es motivo de gran nerviosismo entre los inversionistas y operadores.

La Reserva Federal (FED) de Estados Unidos puso en marcha en 2020 una fuerte inyección de recursos financieros para tratar de paliar el impacto económico provocado por la pandemia del coronavirus. En primer lugar, fijó la tasa de interés entre el 0% y el 0.25%, para aliviar los costos de financiación. Y, en segundo lugar, activó un programa de compra de bonos del Tesoro e hipotecarios por valor de 120 mil millones de dólares al mes (que ya acumulan 16 meses, por lo que han inyectado cerca de 2 billones de dólares al mercado financiero).

Es notorio el impacto de la política monetaria de la FED a nivel mundial, afectando a casi cualquier activo financiero global. El simple anuncio de que la autoridad monetaria estadounidense está empezando a debatir cuándo comenzará a reducir su programa de compra de deuda (tapering) tiene implicaciones no solo en la valoración de los bonos estadounidenses, también en las divisas, bolsas de los países emergentes y desarrollados y commodities. La mejora económica del país norteamericano justifica esta posibilidad de iniciar el tapering.

Con lo mencionado en las minutas de la última reunión de política de la FED y después del discurso de Powell de finales de la semana pasada, en el marco del simposio Jackson Hole, se confirma que el tapering comenzará en los próximos meses.

Powell no ofreció novedades sobre el tapering, algo que había generado cierta especulación y que estaba detrás de la volatilidad de los mercados financieros de los últimos días, pero fue muy cuidadoso de dar un mensaje tranquilizador al mercado financiero. El funcionario ratificó la intención del banco central de Estados Unidos de empezar a reducir su programa de compras de deuda antes de que acabe el año, que ahora asciende a 120 mil millones de dólares al mes. En su opinión es que se ha cumplido la prueba de ‘progreso sustancial adicional’ para la inflación. También ha habido un claro progreso hacia el máximo empleo, algo que debe confirmarse en los siguientes datos a publicarse. Powell aprovechó el foro para desligar el inicio del ‘tapering’ de futuras subidas de las tasas de interés.

Estas palabras no tuvieron un efecto negativo en los mercados financieros, ya que fueron acompañadas de una precisión destacada que atenuó su impacto. La FED ha aprendido de sus errores de comunicación del pasado. El anuncio precipitado de 2013, con Ben Bernanke como presidente de la Reserva Federal, provocó fuertes caídas en los merados de renta fija y monedas de países emergentes.

Powell reforzó el mensaje de que el tapering no implica endurecimiento monetario, sino que simplemente es un reflejo de la mejora en la economía estadounidense.

El hecho de que no se haya establecido una fecha de inicio concisa para el tapering y que Powell haya dicho que el mercado laboral aún tiene camino por recorrer para alcanzar el pleno empleo, sugiere que la FED no tiene prisa por modificar su política monetaria.

Nuevamente, las cifras económicas servirán para especular sobre los futuros pasos del banco central estadounidense. En este sentido se considera fundamental los datos de empleo correspondientes al mes de agosto que se publican en EUA este viernes 03 de septiembre. En función de que superen o no las expectativas, los operadores comenzarán a descontar con más o menos fuerza que puede haber un anuncio más concreto en la reunión de la FED del 22 de septiembre.

Si los datos laborales no son lo suficientemente fuertes, el banco central tal vez decida esperar al mes de noviembre para realizar el anuncio. En cualquier caso, tras las palabras de Powell ya nadie duda de que el tapering comenzará este mismo año.

En CIBanco consideramos que hay altas probabilidades de que un anuncio sobre la calendarización del tapering se de en ese encuentro de septiembre y que el inicio de la reducción de la compra de bonos podría ser tan pronto como noviembre/diciembre.

Impacto en el peso mexicano.

Menores estímulos monetarios en EUA fortalecen al dólar y reduce el atractivo de las inversiones en otras monedas, ejerciendo presión sobre los tipos de cambio y los precios de los bonos de mercados emergentes.

Aunque gran parte del impacto está descontado, es muy probable que una vez que se confirmen las directrices sobre el tapering, la moneda mexicana se presionará. Incluso, no se descarta que por momentos pueda acercarse hacia $20.60 spot.

Se trata de una depreciación moderada respecto a los niveles actuales. La razón es que la FED ha ido preparando el terreno para ello. Además, el hecho de que comience un retiro paulatino y programado de las compras de activos, implica que el banco central estadounidense seguirá inyectando todavía una gran liquidez por lo menos durante el próximo año. Por último, el mercado no contempla un alza de tasa de interés hasta finales de 2022 o 2023.

Dado lo anterior, aunque no se esperan episodios de robustas caídas del peso mexicano, las futuras decisiones de la FED si le ponen un freno a los niveles a los que se pudiera apreciar el peso. Así, luce difícil observar lecturas del tipo de cambio por debajo de los $20.0.

Esto último podría cambiar si en los siguientes meses cualquier signo de intensificación de una debilidad económica en EUA genere que la FED posponga o cancel cualquier reducción adicional del estímulo monetario. El actual momento económico y de mercado es todavía incierto, con el coronavirus de nuevo deteriorando las perspectivas económicas globales.

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