El presidente peruano Pedro Castillo se aplicó la vacuna del laboratorio chino Sinopharm contra el coronavirus para animar a la población que desconfía de ella.
En los centros de vacunación peruanos ha habido ciudadanos que rechazaron ese inoculante por controversias políticas y por la difusión en medios de comunicación de cuestionamientos sobre su efectividad.
“He venido a vacunarme con esta vacuna, la Sinopharm, porque tengo fe no solamente en esta vacuna sino también en todas las vacunas. Pero es necesario hacer una convocatoria. Llamo a todos los hermanos peruanos y peruanas para que prioricemos este derecho a la salud… a la vida”, dijo Castillo en un local de inoculación en una zona populosa de Lima.
La esposa del jefe de Estado, Lilia Paredes, lo acompañó y también se inmunizó. Ambos recibieron la primera dosis de la vacuna de Sinopharm junto a otros ciudadanos de la zona.