El partido clasificatorio para la Copa del Mundo entre Brasil y Argentina fue suspendido en circunstancias absurdas el domingo después de que funcionarios de salud brasileños salieran al campo para objetar la participación de tres jugadores argentinos que dicen que rompieron las reglas de cuarentena de COVID-19.

Funcionarios del regulador de salud de Brasil, Anvisa, caminaron al campo en el estadio Corinthians y detuvieron el juego alrededor de cinco minutos después del inicio.

Los jugadores se sorprendieron por la invasión y los argentinos abandonaron rápidamente el campo, aunque los dos entrenadores, junto con el capitán argentino Lionel Messi y los jugadores brasileños, se reunieron al lado del campo unos momentos más tarde para discutir el paro.

“¿Por qué comenzaron el juego y lo detuvieron después de cinco minutos?” Messi dijo en comentarios escuchados en la televisión. “Llevamos aquí en el estadio durante una hora, podrían habernos dicho”.