El presidente argentino Alberto Fernández reorganizó su gabinete a última hora del viernes, buscando trazar una línea bajo una semana de moretones en la que las luchas internas dentro del partido peronista gobernante amenazaban con descarrilar la coalición de gobierno.

La reorganización, después de un tira y afloja entre facciones más moderadas y militantes dentro del gobierno, vio a nuevos ministros nombrados en los roles clave de jefe del gabinete, ministro de relaciones exteriores y ministro de agricultura.

El centroizquierda Fernández ha estado luchando contra una revuelta del gabinete de ministros aliados con el ala dura izquierda de su partido desde que una fuerte derrota en una elección primaria de mitad de período el domingo pasado puso en riesgo el control del gobierno sobre el Congreso.

La divisiva pero poderosa vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner había arremetido contra lo que dijo que eran errores cometidos por el gobierno, agudizando las tensiones entre la facción moderada en torno al presidente Fernández y sus partidarios más militantes.