El presidente Joe Biden quiere mostrar a la conferencia climática de las Naciones Unidas en Escocia que Estados Unidos está de vuelta en la lucha contra el calentamiento global. Pero el continuo regateo en el Congreso por la legislación para promover sus objetivos climáticos amenaza con socavar ese mensaje en la escena mundial.
Biden se va a Europa el jueves para una reunión del G20 en Roma seguida de una reunión de líderes mundiales en Glasgow destinada a salvar al planeta de la devastación causada por el aumento de las temperaturas.
Biden esperaba mostrar una legislación diseñada para cumplir con el compromiso de los Estados Unidos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50 y un 52 % para 2030 en comparación con los niveles de 2005, buscando proporcionar un ejemplo que alentara a otras naciones a tomar medidas audaces y rápidas para proteger la Tierra.