Expectativa de Tipo de Cambio para 2021 y 2022

A nivel global ha subido la aversión al riesgo por: 1) sector inmobiliario chino, 2) financiamiento del gobierno de EUA, 3) tercera ola de Covid19, 4) crisis de energía en Asia y Europa, 5) alta inflación y 6) posibilidad de estancamiento económico global.

México sigue enfrentando salidas de capitales de valores gubernamentales, en los cuales destaca que una cuarta parte de los capitales extranjeros invertidos antes de la pandemia ha salido de México. Aunque la inversión de cartera tiene montos menores a los recibidos por exportaciones y remesas, contribuye con la presión al alza en el tipo de cambio generada por la alta aversión al riesgo. Además, el peso mexicano exhibe asimetría en el desempeño, ya que tiende a subir rápidamente y a bajar paulatinamente, fenómeno que en Grupo Financiero Base hemos denominado como “se sube por el elevador y se baja por las escaleras”.

El tipo de cambio en México subió de 20 pesos por dólar por el miedo al impago a Evergrande, después el mercado se preocupó por el techo de la deuda y financiamiento de EUA, al mismo tiempo que la crisis de energía en Asia y Europa tomaba auge. Además, a nivel global persiste una asincronización provocada por la pandemia, lo que repercute en los costos de fletes marítimos, precios de las materias primas y amenaza con seguir presionando al alza a la inflación y a la baja al crecimiento económico. Con esto, aparece el miedo a la estanflación.

Cabe destacar que en la década de los 70s la estanflación se dio por los altos precios del petróleo provocados por Medio Oriente. Ahora la estanflación podría aparecer por los altos costos de las materias primas, particularmente los energéticos.

En México, el crecimiento del tercer trimestre se estima fue cercano a 0 y la inflación de septiembre de 6% generan la idea de una estanflación. Lo anterior, sumado a la iniciativa de reforma eléctrica han elevado la percepción de riesgo sobre la economía mexicana.

Por otro lado, las exportaciones siguen siendo el principal potencial de crecimiento de México, pero se han desacelerado por la escasez de chips semiconductores y el mercado espera que el 3 de noviembre la Fed anuncie un recorte en su programa mensual de compras de bonos.

Con esto, el tipo de cambio probablemente siga cotizando este año encima de 20 pesos por dólar, pues no hay flujos que puedan llevarlo por debajo de 20, a menos que las exportaciones recobren fuerza o que exista un optimismo generalizado en el mundo.

Hacia arriba, existe un nivel técnico importante en los 20.75 pesos, que de superarlo con fuerza llevaría al tipo de cambio a un nivel de 21 pesos por dólar, no visto desde marzo.

Para el siguiente año se espera que siga la volatilidad cambiaria, con el tipo de cambio cotizando con mayor probabilidad entre 20.00 y 20.40 pesos por dólar. Bajo un escenario pesimista se subiría a 21 pesos por dólar.

Mucho va a depender de la comunicación que la Reserva Federal dé en anticipación a la normalización de su política, así como de la postura del Banco de México teniendo como nuevo gobernador a Arturo Herrera.

Por el contrario, si la aversión al riesgo global es baja y el Banco de México mantiene su postura relativa contra la Reserva Federal de EUA (o sube el diferencial de tasas entre México y EUA), a la vez que se mantiene el crecimiento en las exportaciones y remesas, se podrían ver tipos de cambio cercanos a 19.70 pesos por dólar. Este escenario actualmente es el de menor probabilidad de ocurrencia.

Por lo anterior, se siguen recomendando las coberturas cambiarias.

En el escenario que las salidas de capitales se agudicen y se conviertan en fugas de capitales la perspectiva de tipo de cambio cambiaría, pues podría tratarse de un cambio estructural en la economía mexicana.

 Cortesía Banco Base 

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