La economía de la zona del euro continuó en auge durante el verano a medida que la actividad se recuperó después de los bloqueos por coronavirus, pero la inflación también está superando las expectativas, dejando al Banco Central Europeo con un creciente dolor de cabeza político.

El crecimiento se ha disparado a medida que los consumidores regresan a las tiendas y lugares, pero muchas empresas no han podido mantenerse al día con la demanda, ejerciendo una mayor presión sobre los precios que ya están siendo impulsados por el aumento del costo de los productos básicos.

La economía de los 19 países que comparten el euro se expandió un 2,2% más rápido de lo previsto en el tercer trimestre, su ritmo más rápido en un año y lo puso en camino de alcanzar su tamaño anterior a la crisis antes de fin de año.