Después de perderse un año, la reunión anual del mundo del arte contemporáneo en París está volviendo a la vida con una fiesta de visitas, negociación y mezcla social, y un guiño al impacto del COVID-19 en algunas de las obras expuestas.

Los asistentes a la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, que recibió a marchantes y VIP el jueves y abre al público a partir del viernes, tienen que usar máscaras y demostrar que están vacunados, mientras que 43 de las 170 galerías que participan muestran sus obras solo en línea, un legado de la pandemia.

Pero por lo demás el evento, en su 47a edición, ha vuelto prácticamente a la normalidad, según los organizadores y asistentes.

“A pesar de las máscaras, lo estamos pasando muy bien. Y estamos muy contentos. La mayoría de nosotros no nos hemos visto en dos años”, dijo Bellatrix Hubert, socia principal de David Zwirner Gallery.