Es probable que la economía de los Estados Unidos creciera a su ritmo más lento en más de un año en el tercer trimestre a medida que estallaban las infecciones por COVID-19, tensando aún más las cadenas de suministro globales y causando escasez de bienes como automóviles que casi sofocaban el gasto de los consumidores.

También se espera que el informe anticipado del producto interno bruto del Departamento de Comercio del jueves muestre una fuerte inflación, alimentada por la escasez de toda la economía y el dinero de alivio pandémico del gobierno, reduciendo el crecimiento. El estímulo fiscal reflujo y el huracán Ida, que devastó la producción de energía en alta mar de los Estados Unidos a finales de agosto, también pesaron sobre la economía.

Pero hay indicios de que la actividad económica se recuperó hacia finales del trimestre en medio de la disminución de los casos de coronavirus impulsados por la variante Delta.