Depredadores de la democracia: Steve Bannon: López Vela – Análisis

En el libro Réquiem por el sueño americano, el influyente Noham Chomsky presentó diez principios que —en su opinión— son los artífices del resquebrajamiento de los ideales políticos estadounidenses. A saber: reducir la democracia; modelar la ideología; rediseñar la economía; desplazar la carga fiscal; atacar la solidaridad; controlar las entidades reguladoras; manipular las elecciones; someter a la plebe; fabricar el consenso y, finalmente, marginar a la población.

A partir de ellos, se crean los escenarios que vemos no sólo en Estados Unidos sino por el mundo: el resurgimiento de los nacionalismos, de los nativismos; el impulso de los discursos excluyentes; el auge de los populismos. Y esas tendencias, por más que nos molesten, parecen estar apropiándose de la arena pública. Con desencanto y con miedo, reconozco que la geopolítica se desplaza hacia las fronteras del totalitarismo.

El libro comienza con una frase reveladora: Hoy en día, lo que sentimos es que nada volverá; que todo ha terminado. Estoy de acuerdo. Los sucesos internacionales y el reajuste de los valores sociales me hacen pensar que la democracia liberal, el lenguaje de los derechos humanos y la bandera de la tolerancia serán vistos como parte de un gran fracaso: el de la última utopía.

Pero esto no hubiera sido así sin la intervención de los depredadores de la democracia, como Steve Bannon, exasesor de Donald Trump y artífice de la campaña presidencial y del asalto al Capitolio, quien activó varios de los principios señalados por Chomsky para debilitar a la democracia y empoderar a Trump. Por si fuera poco, Bannon ha sido asesor del partido ultraderechista español Vox y del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Finalmente, la justicia ha llamado a cuentas a Bannon, quien se presentó a declarar tras ser acusado de desacato al Congreso por un Gran Jurado Federal. Y aunque el procedimiento apenas inicia, es inevitable preguntarnos: ¿Qué va a pasar con Bannon? ¿Va a pagar por el daño corrosivo que causó a la democracia estadounidense? Pero, más importante aún, ¿qué va a pasar con nuestras democracias?

Chomsky responde: Lo que decidamos que pase. Porque, aunque el presente sea desesperanzador, para muchos —incluido el propio filósofo— ver cómo se desdibujan los horizontes morales o como se pisotea lo que consideramos valioso es inaceptable. Simplemente, no es una opción.

Además, en una reciente entrevista, le han preguntado al filósofo ¿qué es lo que le da esperanza? A lo que respondió: “Las personas que se entregan y luchan, con frecuencia teniéndolo todo en contra —no como nosotros—, con el fin de crear espacios decentes para la vida y un mundo mejor. Ellas son mi fuente de esperanza”.

Si queremos detener a los depredadores de la democracia, en Estados Unidos, Brasil, España o México, es indispensable resistir los embates y revertir los daños: sin perder un segundo la alegría y la confianza de saber que se hace lo correcto.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.