El robo de oleoductos en Colombia está en auge a medida que las bandas criminales buscan reemplazar los suministros cada vez menores de gasolina venezolana de contrabando para su uso en el tráfico de drogas, como muestran los datos vistos por el operador de tuberías petrolíferos Cenit y las autoridades fiscales.
La gasolina es un componente clave en la fabricación de cocaína, pero ha habido escasez de combustible en Venezuela durante la crisis social y económica de ese país. Así que los grupos criminales en Colombia están aprovechando los oleoductos para obtener cada vez más crudo, que luego deben refinar. Las bandas criminales colombianas también envían parte de ese combustible artesanal a Venezuela, una inversión de los patrones históricos de contrabando.
“Ahora está cambiado”, dijo Yessica Prieto, directora de proyectos e investigaciones del grupo colombiano de defensa de la energía Crudo Transparente, a Reuters. “Es… Mafias colombianas, o grupos criminales, que están robando crudo colombiano, refinando ilegalmente, obviamente artesanalmente, y que cruzan la frontera con Venezuela”.