Un forense dijo el martes que un exjugador de la NFL que mató a seis personas y a sí mismo a principios de este año en Carolina del Sur mostró una encefalopatía traumática crónica (ECTE) “inusualmente grave”.

El Dr. Ann McKee, directora del Centro CTE de la Universidad de Boston, examinó el cerebro de Phillip Adams y concluyó que sufría de CTE de Etapa 2. Ella comparó la enfermedad cerebral de Adams con la de Aaron Hernández, que fue condenado por asesinato antes de suicidarse en prisión. Se descubrió que Hernández tenía la Etapa 3.

“La patología severa del lóbulo frontal podría haber contribuido a las anomalías conductuales de Adams, además de factores físicos, psiquiátricos y psicosociales”, dijo McKee durante una conferencia de prensa el martes. “Teóricamente, la combinación de mal control de impulsos, paranoia, mala toma de decisiones, volatilidad emocional, rabia y tendencias violentas causadas por el daño del lóbulo frontal podría converger para reducir el umbral de un individuo para actos homicidas, sin embargo, tales comportamientos suelen ser multifactoriales”.