Las heroínas de 2021: López Vela – Análisis

La última semana de diciembre, dedico mi última columna del año para señalar a quienes —en mi opinión— trajeron luz al tenebroso capítulo de la historia que atravesamos.

En este difícil 2021, las mujeres dimos un paso más adelante y tomamos las riendas del destino de nuestros países, de nuestras instituciones, de nuestras familias. Así, nos presentamos como las defensoras de la democracia, de las instituciones, de las leyes; y lo hicimos desde el gobierno, la academia o el periodismo. Menciono solamente algunos casos que llamaron mi atención.

La primera defensora de la democracia en este año fue la excanciller Angela Merkel; la gestión de Merkel estuvo marcada por la consistencia y ésa es —en mi opinión— el principal de sus legados: saber gobernar con principios democráticos sobre los intereses de los grupos de poder. Para lograrlo, Merkel utilizó el arte retórica, de convencimiento, para tender puentes y crear alianzas. Merkel hizo del lenguaje y la capacidad de razonamiento su principal arma política: “Todo se reduce a la capacidad de convencer a otros. Constantemente tengo que convencer a los ciudadanos, a mi partido y a los miembros de mi coalición”, dijo en varias ocasiones.

Merkel podía utilizar a su palabra como moneda de cambio, pues jamás aceptó billetes por alianzas, ni reformas a cambio de favores. Angela Merkel pudo y supo resistir a los demonios de la corrupción que se presentan de mil modos y que tienen mil caras.

La segunda defensora de la democracia en este año fue Kamala Harris, quien ha aportado a la administración Biden la perspectiva de género, la inclusión, la experiencia en temas de seguridad e inteligencia y, sobre todo, solvencia judicial.

En su primer discurso como vicepresidenta, Harris señaló que “la democracia no es un sustantivo, sino un acto: la democracia es algo que se construye día a día y que es tan fuerte como queramos que sea: tan fuerte como estemos dispuestos a defenderla”. Kamala dijo, además, que los estadounidenses votaron por la esperanza, la unidad, la decencia y la verdad.

Finalmente, en otro plano, es necesario mencionar a la académica mexicana Catherine Andrews quien ha defendido la institucionalidad del Centro de Investigación y Docencia Económicas —CIDE—; al hacerlo, marcó el tono y la pauta en la defensa de los principios de la educación pública de calidad: la libertad de expresión, el respeto a la institucionalidad, la perspectiva de género. Al hacerlo, Andrews se convirtió en una defensora de la democracia mexicana a la que, seguramente, tendremos que agradecer —al paso de los años y las generaciones—.

El común denominador para hacer frente a las crisis son las habilidades de cuidado: atención, valentía, sensibilidad, persistencia y resistencia. Todas ellas forman parte del carácter femenino —a veces, aprendido; otras, desarrollado—.

Espero que el próximo 2022, las mujeres sigamos avanzando en posiciones de poder y que nuestras decisiones sigan cuidando a las democracias.

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