Venezuela casi duplicó este año su producción de petróleo desde el mínimo de décadas del año pasado cuando su empresa estatal llegó a acuerdos que le permitieron bombear y procesar más crudo extra pesado en grados exportables.

La sorprendente reversión comenzó cuando la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA.UL), conocida como PDVSA, ganó ayuda de pequeñas empresas de perforación refiniendo viejas deudas y más tarde obtuvo suministros constantes de un diluyente clave de Irán. Los dos elevaron la producción a 824.000 barriles por día (bpd) en noviembre, muy por encima de los tres primeros trimestres del año y un 90% más que el promedio mensual del año anterior.

No está claro si puede seguir aumentando la producción. Años de facturas impagadas, mala gestión y, más recientemente, sanciones estadounidenses han reducido su acceso a equipos de perforación especializados e inversión extranjera. Las sanciones también han limitado a sus clientes a empresas sin antecedentes de comercio.