Los australianos se despiden de 2021 con un tradicional espectáculo de fuegos artificiales sobre el puerto de Sydney, ya que las buenas noticias de Sudáfrica, el primer país en pronunciarse más allá de su ola Omicron, trajeron esperanza para un feliz Año Nuevo.

Gracias a Omicron, el Año Nuevo comenzó su giro anual de este a oeste en silencio, sin exhibición oficial de fuegos artificiales en Auckland, Nueva Zelanda.

Sydney abrió la celebración global en estilo vintage, con su habitual pirotecnia espectacular reflejada en el puerto debajo de la Ópera de Sídney. Pero no habría exhibiciones por encima de muchos de los monumentos tradicionales del mundo, con fuegos artificiales encendidos sobre el Arco del Triunfo de París, el Big Ben de Londres y las Torres Petronas en Kuala Lumpur.

La bola de oro iba a caer en Times Square de Nueva York, pero la multitud gritando que la cuenta atrás de la salida del año sería un cuarto del tamaño habitual, enmascarada, distanciada socialmente y con papeles de vacuna en la mano.