Actualización de datos mundiales sobre la pandemia: Martínez – Análisis

“Tenemos que …prepararnos para un entorno preventivo donde las personas puedan ir a trabajar, …de forma segura, realizar pruebas constantes, vacunas, inyecciones de refuerzo y, un aislamiento muy rápido.” Nandan Nilekani, empresario y tecnólogo indio.

05 de enero de 2022

Al cierre de 2021 e inicio de 2022, tal como ocurrió el año anterior, se presentó un crecimiento significativo del número de contagios reportados a nivel mundial. Para ponerlo en perspectiva, el pico de contagios semanales que se ha presentado en esta última semana es cercano de más del doble del pico que se alcanzó en a inicios del 2021.

En esta cuarta ola, es evidente el efecto que la cepa Omicron tiene al presentar características que la hacen “más eficiente” como virus: una mayor tasa de contagio y una menor letalidad o afectación incapacitante de las personas que contagian. Ello le permite contagiar a mas personas en un menor tiempo (recordando que las mutaciones no son decisiones conscientes del virus ni de ninguna fuerza externa sino accidentes evolutivos que cuando encuentran una condición más favorable persisten y se vuelven dominantes).

Las investigaciones más completas (aun preliminares) muestran que el virus tiene una tasa de contagio más alta, reportando en estudios en el Reino Unido una R de 3.7 (1 persona infectada contagia a su vez a 3.7 personas). El hecho de que el virus reinfecte más frecuentemente que las cepas anteriores a personas previamente contagiadas, muestra que esta cepa tiene una mayor capacidad para evadir la respuesta del sistema inmune. Ello implica que la inmunidad adquirida por infección previa o por vacunación, es menos eficaz para combatir la infección por variante Omicron de lo que era para combatir cepas anteriores.

La tasa de letalidad y/o de gravedad del contagio provocado por esta cepa, es sensiblemente menor a las sepas anteriores. En el caso de la variante que prevaleció a inicio de 2021 el pico mundial de 5 millones de contagios semanales tuvo asociada una mortalidad semanal de más de 100,000 casos. Mientras que esta oleada con más de 10 millones de casos semanales reporta menos de 40,000 fallecimientos semanales mundiales.

Evidentemente, la existencia de una población vacunada genera un efecto favorable que mitiga la gravedad de la enfermedad. El número de dosis administradas se encuentra cerca de los niveles máximos desde que inició del proceso global de inoculación, con alrededor de 250 millones de vacunas semanales administradas. Este último dato, sin embargo, más que producto de una ampliación vacunas en países que presentaban rezagos, es resultado de la aplicación de una tercera dosis de refuerzo en países de economías desarrolladas, lo que no disminuye el potencial de efecto de aparición de nuevas cepas en países con bajo nivel de vacunación. 

México reporta cerca de cuatro millones de infecciones y 300,000 fallecimientos (si bien los datos de exceso de mortalidad apuntan a que el número de fallecimientos reales sería de poco menos del doble). Con datos oficiales, México presenta 56% de la población con esquema de vacunación completa y 7% con esquemas de vacunación incompleta. Sabiendo que se requieren una dosis adicional que apenas se empezó a aplicarse en algunos grupos de edad y en algunos grupos por su actividad estratégica.

Dado a la mayor capacidad de infección el evitar espacios cerrados o concurridos y el uso del cubre bocas (usarlo adecuadamente, no usar de tela un con válvula), seguirán siendo, juntos con las vacunas, los aliados más importantes para evitar que, aún con bajo nivel de gravedad, una oleada de contagios provoque hospitalizaciones y, nuevamente, muertes que, aun cuando son menores, representan tragedias familiares, económicas y sociales para miles de hogares en el país.

El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas.  [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares

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