Más de 100,000 estadounidenses murieron de diabetes en 2021, marcando el segundo año consecutivo para ese sombrío hito y estimulando un llamado a una movilización federal similar a la lucha contra el VIH/SIDA.

Las nuevas cifras llegan cuando un panel de expertos insta al Congreso a revisar la atención y prevención de la diabetes, incluidas las recomendaciones para ir más allá de depender solo de las intervenciones médicas. Un informe publicado a principios de este mes pide cambios de política mucho más amplios para detener la epidemia de diabetes, como promover el consumo de alimentos más saludables, garantizar la licencia materna remunerada del lugar de trabajo, recaudar impuestos sobre las bebidas azucaradas y ampliar el acceso a una vivienda asequible, entre otras áreas.

En 2019, la diabetes fue la séptima causa principal de muerte en Estados Unidos y se cobró más de 87,000 vidas, lo que refleja un fracaso a largo plazo para abordar la enfermedad y dejó a muchos más vulnerables cuando golpeó la pandemia de COVID-19, creando nuevos obstáculos para acceder a la atención.