Tu empresa también sufre la cuesta de inicio de año

Las celebraciones, los regalos a los colaboradores, las gratificaciones de fin de año y otros rubros generan muchos gastos y provocan un fenómeno conocido como la “cuesta de enero”, llamado así por ser uno de los periodos donde la liquidez se puede ver mermada para hacer frente a los compromisos económicos en el año que comienza.

El alza de precios, la actualización del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) y una elevada inflación, ahora se combinan con la incertidumbre económica que el COVID-19 ha provocado, elementos que hacen necesario tomar precauciones más allá de enero.

El 2021 cerró con una inflación de 7.36%, el cierre de año más elevado desde 2001. Cómo la pandemia no ha terminado y sigue el exceso de liquidez global, se estima que las presiones inflacionarias seguirán en 2022. Ante esto, Grupo Financiero Base estima que la inflación cerrará el año en un nivel aproximado de 4.2%.

Estos factores hacen necesario que las empresas se preparen para afrontar la crisis que el inicio del 2022 pone a la vista. Para ello, podemos iniciar respondiendo una serie de preguntas que ayuden a perfilar mejor la planeación del año y de esta forma captar señales que orienten en la tarea de adaptación a los cambiantes modelos en las interacciones comerciales. Por ejemplo, ¿cómo han cambiado los clientes y los mercados debido al COVID-19?, ¿cómo mantendremos nuestros productos o servicios relevantes?, ¿existen herramientas que permitan optimizar nuestros procesos y reducir los costos?

Al responder los cuestionamientos podemos crear un plan de acción que permita sortear no solo la cuesta de enero, sino también gran parte del año.

También hay otros elementos que debes de tomar en cuenta, algunas son los siguientes:

  • Análisis de egresos – Es esencial evaluar si los gastos que hemos tenido en este periodo son necesarios o si podemos prescindir o reducir alguno.
  • Optimización de recursos – Examinar el uso de energía y materias primas en el negocio es necesario, incluso examinar la posibilidad de incluir programas de economía circular y optimización energética que ayuden a reducir costos.
  • Coberturas – El mercado cambiario es uno de los más volátiles, por ello en la planeación financiera de las empresas que importan insumos o adquieren créditos en divisas extranjeras, se deberían incluir estos instrumentos que resultan una medida inteligente de protección ante fluctuaciones drásticas en el tipo de cambio y que pueden desbalancear el presupuesto en un abrir y cerrar de ojos.
  • Tasas a la alta – Con los anuncios de los bancos centrales ajustando las tasas a la alza los mercados financieros reaccionan a la baja con correcciones importantes en sus principales índices. Esto sucede debido a un reacomodo de portafolios de inversión de activos variables a fijos. Provocando que ante mayores rendimientos por ahorrar en dólares, se fortalece esa moneda afectando el peso mexicano y las transacciones internacionales que con él se realizan.

2022 sin duda será un año desafiante, pero no todo son malas noticias, pues el Indicador de Confianza Empresarial publicado por el INEGI muestra que la confianza de los empresarios de manufacturas, construcción y comercio registró un avance durante el mes de diciembre, pasando de 52.1 a 57.3 puntos, en este contexto las empresas perciben una mejor situación económica para sus negocios.

Pareciera que la “cuesta de enero” es un periodo habitual, esperado, pero a la vez indescifrable, la realidad es que se puede abordar y gestionar de otra manera. Anticiparse permite enfrentarla en las mejores condiciones, todo está en administrar bien los recursos.Cortesía Banco Base 

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