El Banco Central Europeo finalmente reconoció los crecientes riesgos de inflación e incluso abrió la puerta a un aumento de las tasas de interés este año, marcando un notable cambio de política para uno de los bancos centrales más tenues del mundo.

El BCE ha argumentado durante mucho tiempo que la alta inflación volverá a caer por debajo de su objetivo del 2% por sí sola a finales de este año, pero una serie de lecturas récord han desafiado una narrativa que otros bancos centrales abandonaron hace meses.

“Es probable que la inflación se mantenga elevada durante más tiempo de lo esperado anteriormente, pero que disminuya en el transcurso de este año”, dijo la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una conferencia de prensa.