Intel eligió a Alemania como el sitio para un enorme complejo de fabricación de chips, los primeros detalles de su inversión prevista de 88,000 millones de dólares en Europa, mientras la región lucha por impulsar la producción y arreglar una crisis de suministro que ha perseguido a la industria del automóvil.

El fabricante de chips estadounidense también dijo que impulsaría su fábrica existente en Irlanda, establecería una instalación de diseño e investigación en Francia y un sitio de embalaje y montaje en Italia.

Con una inversión inicial de 33,000 millones de euros (36,000 millones de dólares), incluidos 17,000 millones de euros para los planes alemanes, el gasto ayudará a satisfacer la creciente demanda de chips utilizados en ordenadores, automóviles, teléfonos inteligentes y otros aparatos, así como a reducir a largo plazo la dependencia de Europa de los proveedores asiáticos.