El cambio a los coches eléctricos puede suponer una amenaza existencial para los proveedores de motores de combustión, pero para las empresas de piezas de automóviles como TE Connectivity el desafío es mantenerse al día con la demanda.

Hace que los conectores que conectan millas de cables en los coches con todo lo eléctrico, desde sensores hasta sistemas de inyección de combustible e infoentretenimiento, y si hay algo que los coches de una era eléctrica necesitarán, son conectores más grandes y cada vez más complejos.

Es por eso que TE gastó 125 millones de dólares para abrir un nuevo edificio en 2020 dedicado a piezas de vehículos eléctricos (VE) en una fábrica escondida en un valle poco profundo en la pequeña ciudad de Woert, en el sur de Alemania.