El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador está este mes a punto de la victoria en un referéndum sobre su gobierno que podría fortalecer su autoridad durante el tramo final de su administración, incluso cuando los críticos desestiman el voto como un espectáculo secundario.
El referéndum revocatorio del 10 de abril ha dado al popular izquierdista López Obrador un punto focal para sus constantes partidos generales contra la oposición, que está luchando por capitalizar los problemas que ha tenido cumpliendo las promesas.
López Obrador argumenta que el primer voto de su tipo, que él mismo llamó, es vital para validar su mandato democrático. Gran parte de la oposición lo ve como una distracción de gobernar un país donde los presidentes solo pueden cumplir un solo mandato de seis años.
“Reafirma el principio de que el pueblo es soberano, que él es el que está a cargo”, dijo López Obrador sobre la votación a finales del año pasado. “(Y) a los conservadores no les gusta”.