Río Tinto, General Motors y el Departamento de Energía está invirtiendo mucho en una cosecha de tecnologías más nuevas que podrían revolucionar la forma en que se produce el litio para las baterías de los vehículos eléctricos.

Ahora esas tecnologías solo tienen que demostrar que funcionan a escala comercial.

Si lo hacen, los mineros podrán impulsar la producción mundial de litio con una huella mucho menor que las minas a cielo abierto y los estanques de evaporación, que a menudo son del tamaño de múltiples campos de fútbol e impopulares entre las comunidades locales.

Estas llamadas tecnologías de extracción directa de litio (DLE) extraen el metal blanco de la salmuera utilizando filtros, membranas, cuentas de cerámica u otros equipos que normalmente se pueden alojar en un pequeño almacén. Pero a menudo utilizan mucha agua potable y electricidad, y ninguno ha funcionado a escala comercial.

Los fabricantes de automóviles globales, las empresas mineras y los inversores están vertiendo millones de dólares en las empresas DLE, apostando a que pueden suministrar la mayor parte del litio necesario para impulsar la revolución de los vehículos eléctricos.