No cantaron juntos, pero el líder de U2, Bono y el Papa Francisco estaban en armonía sobre su preocupación por el planeta y el poder de las mujeres para cambiar el mundo cuando se reunieron en Roma.
Bono, de 62 años, y el papa de 85 años compartieron la facturación de estrellas en un evento organizado por Scholas Occurrentes, una red mundial de escuelas que promueve encuentros virtuales y en persona y tiene como objetivo impulsar las oportunidades educativas.
El movimiento se fundó en la Argentina natal del Papa cuando todavía era arzobispo de Buenos Aires y desde entonces se ha extendido a más de 70 países, muchos de ellos en el mundo en desarrollo.