La administración Biden siente cada vez más que tiene poco control sobre la inflación a corto plazo, dicen los funcionarios, y está buscando formas de compensar el riesgo político de las subidas de precios en los meses previos a las elecciones de noviembre.

Los datos de la semana pasada mostraron que la inflación seguía en máximos de 40 años, pero ligeramente por debajo de un pico anterior. La economía y el manejo de Biden son los principales problemas para los votantes, y reducir el costo de la carne, el gas y otros productos básicos del hogar es una forma clave en que Biden y sus compañeros demócratas podrían defender el control del Congreso en las elecciones de mitad de mandato de noviembre, dicen los estrategas.

Pero la capacidad de cualquier presidente de los Estados Unidos para reducir los precios a corto plazo en los mercados globales de productos desde el petróleo hasta los granos es limitada, dicen los asesores de la Casa Blanca. La influencia sobre los cuellos de botella de la cadena de suministro relacionados con los cierres de COVID en China y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, ambos haciendo subir los precios, están aún más fuera de su alcance, dicen.