El jeque Khalifa bin Zayed al-Nahyan, que murió el viernes, fue un modernizador prooccidental cuyo enfoque discreto ayudó a guiar a los Emiratos Árabes Unidos a través de una era tensa en la política regional al alinear más cerca al productor de petróleo del Golfo con Washington y sus aliados, incluido Israel.

Khalifa, que nació en 1948, había sido gobernante del emirato más rico, Abu Dhabi, y presidente de los Emiratos Árabes Unidos desde la muerte de su padre, el jeque Zayed bin Sultan al-Nahyan, en 2004, pero rara vez se había visto en público desde que sufrió un derrame cerebral en 2014.

Desde entonces, había seguido manteniendo poderes ceremoniales, pero había permitido que su medio hermano, el príncipe heredero de Abu Dhabi Mohammed bin Zayed, tuviera las verdaderas riendas del poder. Los Emiratos Árabes Unidos han seguido una política exterior dura contra Irán y los grupos islamistas y, en un reajuste estratégico de los países de Oriente Medio contra Irán, forjado vínculos formales con Israel hace dos años.

Khalifa carecía del carisma de su difunto padre, que unió a los siete emiratos del país en una federación en 1971.