La economía británica está luchando bajo la presión de dos riesgos principales en forma de inflación de dos dígitos y una posible recesión, dejando al Banco de Inglaterra en un dilema sobre cuánto más debería aumentar las tasas de interés.
El Banco de Inglaterra ha aumentado los costos de endeudamiento cinco veces desde diciembre y su próximo anuncio de tarifas programadas es en agosto.
El banco central ha dicho que actuará “con fuerza” -en otras palabras, aumentará las tasas de manera más pronunciada- si las presiones inflacionarias se vuelven más persistentes. Pero tampoco espera casi ningún crecimiento económico en los próximos tres años.