El Banco Central Europeo planea renovar gradualmente su cartera de deuda corporativa de 344,000 millones de euros (358 mil millones de dólares) para favorecer a las empresas más ecológicas, dando otro paso en la alineación de la política monetaria con los objetivos del cambio climático.

El BCE ha dicho durante mucho tiempo que la lucha contra el cambio climático es crucial para mantener la estabilidad financiera y que su brazo de supervisión bancaria ha estado presionando a los mayores prestamistas del bloque para que mejoren la gestión de riesgos y la divulgación de información.

En una de sus mayores medidas hasta la fecha, el BCE dijo que a partir de octubre, inclinará las reinversiones de efectivo que vencen de la deuda corporativa hacia empresas con menores emisiones de gases de efecto invernadero, objetivos de reducción de carbono más ambiciosos y mejores divulgaciones relacionadas con el clima.