Los precios al consumidor de Estados Unidos aumentaron un 9.1% en junio, el mayor aumento anual en más de cuatro décadas en medio de costos obstinadamente altos de gasolina, alimentos y alquiler, lo que justifica otra subida de la tasa de interés de 75 puntos básicos por parte de la Reserva Federal este mes.

El aumento mayor de lo esperado en el índice de precios al consumidor interanual informado por el Departamento de Trabajo el miércoles también reflejó los precios más altos de la atención médica, los vehículos de motor, las prendas de vestir y los muebles para el hogar. El IPC aumentó más en casi 17 años mensualmente.

Los datos de inflación siguieron un crecimiento del empleo más fuerte de lo esperado en junio y sugirieron que la agresiva postura de la política monetaria de la Reserva Federal había avanzado poco hasta ahora en el enfriamiento de la demanda interna y la reducción de la inflación a su objetivo del 2 %.