Alexander Dugin, el ideólogo de Putin: López Vela – Análisis

El sábado por la tarde, explotó el coche bomba en el que iba Daria Dugina, hija del filósofo ruso Alexander Dugin, quien fue la víctima colateral del atentado contra su padre. Se sabe que, de último momento, el filósofo decidió cambiar su agenda y tomar otro automóvil; este ajuste, salvó su vida y condenó a su hija.

El Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB) ha declarado que los servicios de inteligencia ucranianos contrataron a una mujer que se instaló en el mismo edificio que Dugina para conocer los movimientos de la familia y planear el ataque. Según la FSB, la sospechosa escapó a Estonia tras el atentado. Sin embargo, nada de esto ha podido ser verificado.

Por su parte, Mijailo Podoloak, asesor del presidente Zelenski, declaró que: “Ucrania, por supuesto, no tiene nada que ver con esto, porque no somos un Estado criminal, como es la Federación Rusa, y mucho menos un Estado terrorista”.

Alexander Dugin no es un funcionario público. Se trata, más bien, de una figura pública que ha sido llamado “el Rasputin de Putin” por los círculos del poder ruso. Su importancia radica en que, por más de 40 años, ha desarrollado una ideología ultranacionalista y antioccidental que ha ayudado a justificar los inagotables ánimos expansionistas de Putin; en especial, la reciente invasión a Ucrania.

Sin embargo, leyendo parte de la obra de Dugin, es fácil reconocer sus dotes retóricas y su falta de rigor técnico. Más que filósofo, me atrevo a decir que es un palabrero que convierte prejuicios en artefactos políticos para justificar el abuso del poder,y los disfraza de ideología.

A manera de ejemplo, en el libro La cuarta teoría política, Dugin hace uso de conceptos centrales de grandes filósofos —Heidegger, Kant, Popper y Nietzsche— retirándolos de su matriz de comprensión para convertirlos en ideas diluidas para sus fines propagandísticos. Eso sí, con todo el estruendo y la parafernalia de un malo y renegado posmoderno: “El siglo XVIII vio la expansión de dos teorías: en el campo de la física, la Teoría de la Gravitación Universal de Newton, en el de la economía política, el liberalismo. Desde entonces, han aparecido otras dos teorías físicas, aparentemente contradictorias, la de la Relatividad y la Mecánica Cuántica. Igualmente, han aparecido dos teorías políticas que se combatieron mutuamente (marxismo y fascismo). Con la entrada del tercer milenio, nos llegan a los campos de la física y de la política una Cuarta Teoría, la de Supercuerdas en el primero y la Cuarta Teoría Política en el segundo. En ambos casos, se buscan puntos de intersección entre las teorías anteriores, trascendiéndolas en una nueva teoría”.

Así, su propuesta es la síntesis definitiva del pensamiento político; es la cuarta transformación del pensamiento político-social, es la esperanza para todos los molestos del mundo; Dugin escribe como el Mesías, lo que permite a Putin ser el Redentor: “No hay más opositores al rumbo de Putin y, si los hay, son enfermos mentales y hay que enviarlos a un examen clínico. Putin está en todas partes, Putin lo es todo, Putin es absoluto y Putin es indispensable”.

El bajo calibre intelectual de Dugin le ha permitido manipular a varios y ofender a más. Parafraseando a Nietzsche, el ideólogo ruso sentenció: “Lo que no me mata, matará a otros”. Desafortunadamente, esta vez fue a su hija.

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