Para la fábrica que Brioche Pasquier tiene en Londres, cada bollo que sale de los gigantescos hornos de gas cuesta ahora al menos un 50% más.
Las materias primas que utiliza el panadero francés para elaborar croissants, brioches y pains au chocolat ya habían subido de precio en el último año. Pero ahora la empresa también tiene que hacer frente a la subida de la factura energética.
Se trata de un golpe doble para los fabricantes de alimentos, y el costo que se siente rápidamente en el bolsillo de los consumidores a medida que estos trasladan los aumentos. En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra (BOE por sus siglas en inglés) prevé que la inflación alcanzará un máximo del 13% este año.
Además, un tercio de los hogares británicos gastará más del 10% de sus ingresos en energía, y ahora el aumento de los costos de los alimentos está provocando mayores niveles de pobreza alimentaria.