Derrick Henry ha trotado en el campo con su hija tras los entrenamientos. Los Green Bay Packers han vuelto a pedir prestadas bicicletas a los niños para llegar a las prácticas.
Los aficionados se han podido acercar a sus jugadores favoritos para pedirles autógrafos.
Si, la NFL luce y funciona como si estuviera de vuelta a la normalidad, de cara a su tercera temporada en la era del COVID-19.
No hay más toldos para pruebas y las mascarillas son poco usuales. En realidad, los protocolos que implementaron y modificaron la liga y la Asociación de Jugadores en 2020 y 2021 se suspendieron en marzo.
La NFL parece seguir las recomendaciones de la CDC, que eliminó el distanciamiento social y requisitos de cuarentena la semana pasada, debido a que el 95 por ciento de los estadounidenses de más de 16 años tiene algún nivel de inmunidad por vacunación o infección.
La liga aún quiere que cualquiera que tenga posibles síntomas lo revele, y que las personas porten mascarillas, si estuvieron en contacto con alguien que contrajo COVID-19. Una prueba positiva aún significa aislarse en casa por cinco días.
“Creo que todos estamos preocupados por la seguridad de todos, la nuestra y la salud de nuestras familias”, indicó el entrenador en jefe de los Tennessee Titans, Mike Vrabel, quien agregó que tras dos años y medio de pandemia: “Esperemos que ya lo hayamos superado”.
El mayor cambio ha sido el más evidente en los campamentos: los aficionados están de vuelta y tan cerca como para darle la mano a los jugadores.