Escenarios de Bancos Centrales 3T: Análisis Natixis

Los principales sectores económicos volvieron a experimentar crecimiento en el 2T22, respaldadas por la continua reapertura de las economías; esta tendencia debería continuar hacia el 3T22. Sin embargo, la inflación persistente obligará a los principales bancos centrales a ser muy firmes con la política restrictiva.

  • Visión macroeconómica: Todo parece en orden hasta ahora, pero la resistencia de las principales economías se reflejó en los datos publicados para el segundo trimestre. La información disponible muestra que la actividad en ambos lados del Atlántico se mantiene igual al 3er trimestre, especialmente impulsada por el sector servicios. Sin embargo, hay un número creciente de amenazas al ciclo económico para el último tercio del año: una fuerte desaceleración en China, una severa crisis energética, una contracción en el sector inmobiliario y aumento de las tensiones políticas.
  • Tendencias del mercado: se espera que el aumento de la volatilidad se extienda a todas las clases de activos. El giro restrictivo de los bancos centrales refleja la necesidad de enfrentar el reto de la inflación. El crecimiento de los precios se ha extendido a todas las áreas económicas, lo que genera temores de efectos autosostenibles y un desanclaje de las expectativas de inflación. Es probable que los bancos centrales endurezcan la política monetaria más de lo esperado actualmente, aumentando la volatilidad de los activos de riesgo.
  • Orientación del portafolio: Protección es la palabra clave. La acumulación de factores de riesgo y la perspectiva de condiciones monetarias y financieras más restrictivas nos han conducido a reducir la exposición de los portafolios multiactivo a los mercados de renta variable tanto desarrollados como emergentes. La orientación defensiva de nuestras inversiones también se refleja en nuestra subexposición continua a deuda corporativa. Sin embargo, creemos que los niveles de rendimiento actuales que ofrecen los bonos del Tesoro de EEUU a largo plazo brindan un amortiguador.

Escenario macroeconómico general

Nuestra última proyección de crecimiento global se volvió a ajustar a la baja (-0.1 pp respecto a julio), impulsada por las economías emergentes, que se espera crecerán a un ritmo inferior al 3.0 % en 2022. La fuerte desaceleración de China explica el deterioro de casi todas las perspectivas de la región.

El repunte del crecimiento observado en la Eurozona en el segundo trimestre y la revisión al alza de los datos de la actividad económica en EE.UU. explican la ligera revisión al alza del ritmo de la actividad en las economías avanzadas. Sin embargo, la ruta del crecimiento para 2023 podría caer por debajo del umbral psicológico del 3.0% por segundo año consecutivo.

A pesar de las dificultades de China, los datos de Citigroup muestran que el impulso empresarial en los mercados emergentes sigue siendo positivo. Este es el caso gracias al sólido desempeño de las economías latinoamericanas, que se benefician hoy de un debilitamiento moderado de los precios de la energía.

El Índice de Citigroup para los mercados desarrollados indica que la situación está mejorando, impulsada por el Reino Unido y las economías directamente conectadas con la esfera de las materias primas del sector energía, como Noruega y Australia. Se espera que la actividad económica sea sólida en el 3T22, pero existe incertidumbre sustancial para el 4T22.

Cortes al suministro: los precios del gas y la electricidad han alcanzado niveles récord

El panorama para 2023 es aún más preocupante

Aunque varios países ya tienen casi llenas sus reservas estratégicas, éstas representan solo dos o tres meses de consumo. La volatilidad de los precios de la energía seguirá presente, por tanto, en niveles muy elevados e impactando al consumo y los negocios. Un número cada vez mayor de países y empresas que han basado su estrategia de desarrollo en energía barata y abundante deberán revisar sus planes de crecimiento.

Las proyecciones del BCE para los precios del gas en los próximos años son notablemente pesimistas. Se espera que los precios de la gasolina aumenten en un promedio de 78%. Sin embargo, el artículo que se espera experimentará el mayor aumento es el de los alimentos (ver el gráfico inferior), que representa casi 8% del índice de precios al consumidor armonizado (IPCA). Es probable que los hogares con una alta propensión a gastar sean los que más sufran, lo que dificultará considerablemente su capacidad de consumo.

Europa aún no alcanza un pico de inflación

La inflación general en la zona del euro superó a la de Estados Unidos. Los precios subieron +9.1% en agosto a tasa interanual, impulsados en igual medida por la energía y los componentes subyacentes. El continuo aumento de los componentes subyacentes es una de las principales preocupaciones del BCE.

La inflación en EE.UU. comenzó a caer en agosto impulsada por la caída del componente energético. Cabe destacar que la inflación subyacente no disminuyó (+5.9% interanual) en comparación con el mes anterior. El componente inmobiliario, que representa casi 30% del índice, debería seguir subiendo y mantener una presión significativa sobre la inflación subyacente y evitar su caída hasta el 4T22.

Política monetaria: los bancos centrales están enviando las mismas señales

El mercado subestima su determinación para frenar la inflación

La volatilidad del ciclo macroeconómico y la persistencia de la inflación han llevado a los bancos centrales a dejar de lado deliberadamente su orientación prospectiva. Deben orientar su política monetaria lo más cerca posible de los indicadores para tomar las decisiones más adecuadas al contexto económico.

El simposio de Jackson Hole en agosto fue una oportunidad para que los tres principales bancos centrales hicieran dos aclaraciones sobre la política monetaria: “más altas por más tiempo”. Estas dos frases implican que el ciclo de endurecimiento está lejos de terminar y que las condiciones financieras deberán seguir siendo restrictivas durante más tiempo del esperado para lograr la meta de estabilidad en los precios.

A partir de septiembre, el BCE y el Banco de Inglaterra acelerarán el ritmo de su ajuste monetario y ejecutarán alzas de tasas de 75 pb. También se espera que la Fed vuelva a subir 75 pb en septiembre. Nuestras proyecciones de tasas para fin de año prevén tasas oficiales de 4.25 %: 4.5% en EE.UU., 2.5% en la eurozona y 3.75 % en el Reino Unido.

Nuestra proyección está por encima de las expectativas del mercado para la tasa de los fondos federales, que prevemos alcance solo 3.9 % para fin de año. Es probable que los inversionistas se sorprendan ante una Reserva Federal más agresiva de lo esperado, lo que generará una mayor volatilidad en los activos de riesgo al 4T22.

Visión del mercado

Régimen de mercado: Los precios de las acciones se han beneficiado tanto de una sólida temporada de ganancias en el segundo trimestre como de las expectativas de que los bancos centrales moderarán el endurecimiento de su política monetaria. Sin embargo, los gobernadores de los bancos centrales acabaron con cualquier expectativa de una pausa en sus alzas a las tasas en agosto. En consecuencia, las ganancias observadas durante julio ahora se han borrado y los inversionistas ahora anticipan un entorno financiero menos favorable. Los índices de volatilidad implícita han aumentado significativamente, lo que refleja el mayor costo que los inversionistas están dispuestos a pagar para protegerse de una recesión del mercado. Creemos que estamos entrando en un régimen de una mayor volatilidad sostenida.

Mercados de renta variable: Las perspectivas de crecimiento de las ganancias corporativas para 2022 siguen siendo altas en general, dados los múltiples factores de riesgo mencionados. Nótese que la perspectiva dentro de la eurozona es mixta. La diferencia entre las expectativas de ganancias a 12 meses de Alemania y Francia refleja la fragmentación de los mercados bursátiles. Además, el nivel de valoración relativo entre EE.UU. y la zona euro se sitúa en niveles no vistos desde la crisis de 2009, lo que sugiere lo caro que sigue siendo el mercado estadounidense y el riesgo a la baja que enfrentan los inversionistas.

Mercados de bonos: Los mercados de bonos en su conjunto siguen cayendo significativamente. Creemos que aún no se ha alcanzado el punto más bajo, particularmente en la eurozona, ya que el BCE empieza su ciclo de ajuste monetario. El mercado de deuda corporativa también continúa bajo una fuerte presión, independientemente del segmento considerado (alto rendimiento grado de inversión), castigado por el aumento de las tasas soberanas, así como por la ampliación de los diferenciales del crédito.

Mercados de renta variable

A pesar de los favorables datos de crecimiento al 2º trimestre y la sorpresa positiva de las ganancias corporativas, hemos decidido acentuar nuestra subexposición al mercado de renta variable de la eurozona estrechando nuestra exposición al sector bancario. La relación de equilibrio entre las tasas de interés a largo plazo y las acciones bancarias se fracturó desde principios de año, y las perspectivas de un endurecimiento de la demanda de crédito en la eurozona pesarán aún más sobre estas acciones.

La fortaleza de la economía estadounidense, particularmente de su mercado laboral, recorta las perspectivas de una recesión en el corto plazo. No obstante, hemos decidido volver a una postura neutral hacia la renta variable estadounidense, considerando que la relativa sobrevaloración de la renta variable de EE.UU. (a comparación con la europea) constituye un riesgo en un contexto en el que se seguiría aplicando un endurecimiento de la política monetaria. Además, es bastante improbable que se produzcan ajustes netos al alza en las perspectivas de las ganancias empresariales.

Estamos apostando tácticamente a favor de la renta variable latinoamericana. Las tensiones aún existentes sobre el precio de los bienes energéticos, la buena gestión de la política monetaria por parte de la mayoría de los bancos centrales, que anticiparon acertadamente los movimientos de la Fed, reforzada por un clima político más tranquilo comparado con Asia, nos alienta a favorecer estos mercados en nuestros portafolios diversificados.

El Muro de las Lamentaciones

Riesgos económicos:

  • La incertidumbre económica gana terreno e influye sobre la confianza de los consumidores y las empresas. El único apoyo para el impulso económico, a saber, la demanda interna, se está deteriorando y provoca una desaceleración económica más severa de lo esperado
  • Un error de política monetaria: los bancos centrales han subestimado enormemente la persistencia de la inflación. Los principales bancos centrales se ven obligados a subir tasas de forma aún más agresiva para preservar su principal activo: la credibilidad.
  • Riesgos financieros:
  • El alza en las tasas de interés y la ralentización de la actividad económica conducen a un deterioro del mercado crediticio, impulsado por el aumento de las tasas de impago, tanto en el espectro del grado de inversión como en el alto rendimiento.
  • Las herramientas estándar de política monetaria ya no se pueden utilizar como en el pasado para enfrentar a la inflación. Las divisas se utilizan por las autoridades de los bancos centrales para estabilizar y preservar el ciclo económico; se espera más volatilidad en las divisas a futuro.
  • La deuda soberana emergente y el efecto dominó: El deterioro de las condiciones económicas y financieras de países emergentes menores provoca una reacción en cadena y afecta a las economías medianas.
  • Riesgos colaterales:
  • Amenazas a la seguridad alimentaria: la escasez en el abasto y los altos costos del transporte debido a la guerra podrían causar una crisis alimentaria y desencadenar disturbios sociales.
  • La interrupción total del suministro de energía en Europa y un invierno severo en un contexto donde las reservas estratégicas no se han llenado por completo podrían derivar en una recesión y crisis política
  • La aparición de nuevas variantes o virus que darían lugar a nuevas restricciones y cierres.
  • La escalada en las tensiones entre China y Estados Unidos por Taiwán provoca un nuevo choque económico (nuevas sanciones comerciales y medidas de represalia) y aumenta las tensiones entre las dos superpotencias.

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