La reina Isabel, la monarca más antigua de Gran Bretaña, la figura de la nación y una imponente presencia en el escenario mundial durante siete décadas, murió pacíficamente en su casa en Escocia el jueves a la edad de 96 años.

“La muerte de mi amada Madre, Su Majestad la Reina, es un momento de mayor tristeza para mí y para todos los miembros de mi familia”, dijo el nuevo rey, su hijo mayor Charles.

“Lloramos profundamente el fallecimiento de una preciado Soberano y una madre muy querida. Sé que su pérdida será profundamente sentida en todo el país, los Reinos y la Mancomunidad, y por innumerables personas de todo el mundo”, dijo el hombre de 73 años en un comunicado.

El Palacio de Buckingham dijo que Carlos y su esposa Camilla, la Consorte Reina, permanecerían en el Castillo de Balmoral, donde murió la reina, antes de regresar a Londres el viernes.

A la muerte de Isabel, Carlos se convierte automáticamente en rey del Reino Unido y jefe de estado de otros 14 reinos, incluidos Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Su oficina confirmó que seríamos conocidos como Carlos III. 

La noticia de que la salud de la reina se estaba deteriorando surgió poco después del mediodía del jueves, cuando sus médicos dijeron que estaba bajo supervisión médica, lo que llevó a su familia a apresurarse a estar a su lado.