Axel Botte, Ostrum AM:
La renuncia de Liz Truss a solo 44 días de haber iniciado su mandato (aunque atravesó por dos Monarcas) abre la caja de Pandora para el partido Conservador. Muchos escenarios se antojan posibles, incluyendo una elección temprana si la política interna del Partido se resquebraja. Truss ha dicho que el Pardido Conservador apunta a elegir a su sucesor en una semana, y que se quedará en el cargo como primer ministro hasta entonces. Los candidatos posiblemente incluyen a Rishi Sunak (que podría ser una figura divisoria para los conservadores), Ben Wallace y Penny Mordaunt, ya que el Canciller Jeremy Hunt se ha retirado de la contienda.
En cuanto a los mercados, la volatilidad del Gilt sigue elevada con fluctuaciones diarias de rendimiento en un estimado de 25 puntos base por estos días. Esto es negative para los fondos de pensiones y los inversionistas están batallando por el efectivo y apuntan a rebalancear sus asignaciones de activos. La libra esterlina en $1.12 va al alza luego del anuncio pero toda la atención está puesta en el próximo aumento a la tasa de referencia del Banco de Inglaterra (no menos de 100 pb para evitar la depreciación de la libra).
Scott Service, gestor de portafolio y jefe de renta fija global, Loomis Sayles:
Luego del desastroso presupuesto presentado hace casi tres semanas y que descarriló a los mercados del Reino Unido, no es de sorprender que Liz Truss se haya visto forzada a renunciar. A la vez que el Partido Conservador busca un nuevo líder, los mercados claramente están en control ahora. Si bien algo parecido a la estabilidad ha vuelto después de la debacle en la política fiscal, llegar a un acuerdo sobre el mejor curso de acción a seguir para detener la inflación sin afectar la economía no es tarea fácil. El mercado está actualmente descontando las alzas significativas a las tasas en el próximo año, ya que los costos de la energía siguen elevados y los mercados laborales aún muy ajustados. Sin embargo, hoy nada menos, el gobernador adjunto del Banco de Inglaterra declaró que no cree que las tasas deban elevarse tanto como esperan los inversionistas, ya que la lenta demanda deberá ayudar en el terreno inflacionario. Esperemos que el Banco de Inglaterra no quede atrapado entre la espada y la pared… ya veremos.