CELAC) y otros organismos regionales, con la intención de reanimarlos y potenciarlos.
Un informe del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR), proponía que si Lula da Silva ganaba las elecciones en Brasil, el relanzamiento de Unasur podría ser una realidad a corto plazo. Al respecto de dichas predicciones, tuvieron a lugar comentarios por parte del elaborador del informe Guillaume Long y la jurista Natasha Suñe.
Long es analista principal de CEPR y exministro de Relaciones Exteriores de Ecuador y Suñe es experta en integración regional. Ambos coincidieron en que “el relanzamiento de la Unasur es necesario para avanzar en la integración económica y política regional , así como para asegurar un no alineamiento actualizado”.
Es viable el relanzamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) porque gobiernos comprometidos con la causa de la integración latinoamericana han vuelto al poder en varios países sudamericanos. Por otra parte, la CELAC es un mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política.
Además, Long y Suñé argumentan “la Unasur es un organismo regional de singular importancia ya que la CELAC se formó como alternativa a una Organización de Estados Americanos (OEA)”. “Pero la OEA está dominada por Estados Unidos” y en contraste, Unasur “puede avanzar más rápidamente hacia la integración física y normativa”, es decir, hacia una verdadera gobernanza regional. También cabe destacar que según los propios estatutos de Unasur mientras al menos dos países permanezcan en la organización, como de hecho ha ocurrido, la Unasur sigue existiendo jurídicamente.
Lo cual va de la mano con la idea de “entre menos Estados miembros, mayores niveles de autonomía y de homogeneidad estructural productiva”, incluso a pesar de las grandes asimetrías aún existentes en América del Sur. Por otra parte, en el informe comentan que “Unasur y la CELAC son simbióticas, no excluyentes; Unasur fuerte será siempre el mayor activo de la CELAC: una base de apoyo comprometida con la relevancia”.
Inicialmente llamada “Comunidad Sudamericana de Naciones” fue creada en 2004 y posteriormente en 2007 fue llamada Unasur. Un año después, en mayo 2008, presidentes de América del Sur se reunieron en la Cumbre de Brasilia y firmaron el Tratado Constitutivo de la Unasur. Ya entre 2009 y 2011, los poderes legislativos de cada uno de los 12 países suramericanos internacionalizaron el tratado.
Finalmente, según los autores “el resurgimiento de los gobiernos de izquierda en toda América del Sur representa una oportunidad para el relanzamiento de la Unasur”. Pero también señalaron el hecho de que los objetivos de integración regional “deben trascender la polarización izquierda/derecha”.