Elecciones intermedias e inflación en EUA, así como reunión de Banxico, referencias a seguir en la semana: Gordillo – Análisis

Este 8 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones intermedias en Estados Unidos para renovar parte de los escaños en el Senado, la totalidad de la Cámara de Representantes y varias gobernaciones. Suelen ser una suerte de referéndum del Gobierno de turno.

Se disputan: 35 de los 100 escaños en el Senado y el total de vacantes (435) en la Cámara de Representantes.

En esta ocasión las elecciones se ven marcadas por un deterioro del nivel de vida debido al aumento de precios (la mayor inflación en 40 años), la recuperación económica tras la pandemia y un clima de polarización política del partido Republicano, en sintonía con las propuestas de Donald Trump, que se ha involucrado de lleno en esta campaña.

Así, estas elecciones intermedias se perfilan como un doble plebiscito Biden-Trump. El ex mandatario estadounidense ha entrado a jugar en las elecciones: ha respaldado a más de 200 candidatos Republicanos que se postulan para el Senado y la Cámara de Representantes y los principales cargos ejecutivos estatales en todo el país.

El poder Legislativo es el encargado de poner en marcha o frenar los proyectos que quiera desarrollar el presidente o los partidos. En una situación de riesgo de recesión, es importante tomar acciones y medidas coordinadas de forma rápida para tratar de minimizar los impactos negativos.

En la actualidad el Senado está dividido, 50 Republicanos y 50 Demócratas, con el voto de la vicepresidenta Kamala Harris se deshace el empate. Las principales encuestas apuntan a un empate técnico.

Por su parte, la Cámara de Representantes, actualmente está compuesta por 222 congresistas Demócratas y 212 Republicanos. Las encuestas auguran una mayoría Republicana en la Cámara.

Consideramos que serán temporales y limitados los impactos en el tipo de cambio de los resultados de las elecciones estadounidenses. En mayor medida, la tendencia del peso mexicano seguirá definida a la resiliencia de la inflación y a la política monetaria en EUA. Generalmente los mercados reaccionan de forma positiva a un congreso dividido, porque se reduce el riesgo de implementar las inclinaciones más extremas de cada partido, lo que proporciona un telón de fondo político más estable para los inversionistas.

La elevada inflación se ha convertido en la principal amenaza para las economías y los bancos centrales están decididos a devolver los precios a su objetivo del 2%, un nivel que todavía está lejos de alcanzarse.

El 10 de noviembre se dará a conocer la cifra de inflación de EUA correspondiente al mes de octubre. La expectativa es que en términos anuales se modera un poco, tanto el índice general como el subyacente. El primero bajaría a 7.9%, desde el 8.2% previo y el segundo a 6.5%, tras el 6.6% anterior.

Sin embargo, como ha ocurrido en los dos últimos meses, no se pueden descartar sorpresas y que los índices no se moderen como lo anticipado.

En este sentido si los datos cumplen con las expectativas, o bajan más de lo pronosticado, es de esperarse que se traduzca en mejoras de las cotizaciones de los precios de los activos de mayor riesgo, entre ellos el peso mexicano; y viceversa. Los movimientos pueden ser cercanos a 20 centavos en una u otra dirección.

Reunión de Banxico

El mismo día en que se publica la inflación en EUA, Banco de México anuncia su decisión de política monetaria. Todo parece indicar que la autoridad monetaria subiría su tasa de fondeo en 75 puntos base, para dejarla en 10.0%.

El nivel de precios al consumidor y la última alza de la Fed, justifican un movimiento así. Lo que también podría suceder, es que en esta ocasión no sea unánime la decisión, con por lo menos un integrante de la Junta de gobierno votando por un incremento menor.

Hacia adelante, la autoridad mexicana difícilmente podría desligarse de lo que haga la Fed, por lo que la magnitud del alza de tasas en su encuentro de diciembre, volvería a estar en línea con el banco central estadounidense, donde se especula que podría ser de 50pbs.

En caso de cumplir con el guion, la reacción del peso mexicano sería positiva, pero limitada y temporal. Cualquier sorpresa (aumento en 100pbs o 50pbs), intensificaría la volatilidad en el mercado cambiario mexicano.

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